Las nuevas ideas liberales surgidas a partir de la revolución francesa de 1789, hicieron nacer en la sociedad ecuatoriana los ideales de independencia al igual que en el resto de las colonias españolas en América. En 1791, el Dr. Francisco Eugenio de Santa Cruz y Espejo, creó la Sociedad Patriótica de Amigos del País, para fomentar el progreso y la libertad de su patria.
La casa de doña Manuela Cañizares, fue el escenario donde un grupo de patriotas organizó la Junta Soberana de Quito, apoyados por las fuerzas militares, a réplica de la Junta Central de Sevilla en España, para gobernar en nombre del rey español, cautivo de los franceses, como paso previo a su secesión. Presidía el organismo Juan Pío Montúfar Larrea, segundo marqués de Selva Alegre.
Era el 9 de agosto de 1809, y fue el primer grito de liberación que escuchó el terruño ecuatoriano, que ahora tenía un gobierno propio, aunque se constituía mientras recuperara el poder Fernando VII, y en contra de los enemigos, especialmente franceses. La Junta se atribuyó el derecho de deponer a la Audiencia, cuyo Presidente, don Manuel de Urriez, conde Ruiz de Castilla, recibió al día siguiente un oficio, notificándole que había sido depuesto en su función.
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